Hace más o menos un año, los municipios españoles vivían la lógica actividad política que conlleva la elaboración de las listas electorales y la redacción de programas con los que presentarse a las elecciones municipales convocadas para el 26 de mayo. Quien más, quien menos propuso rebajar este o aquel impuesto, hacer una u otra obra, reformar, mejorar o impulsar el desarrollo de algún servicio, infraestructura o actividad municipal. Todos priorizamos una serie de actuaciones para ser las estrellas de los programas electorales y dejamos como secundarias otras porque las consideramos menos importantes para el bienestar de nuestros vecinos y vecinas. Ilusionados con la presentación de los primeros presupuestos municipales del mandato, incluimos partidas económicas con las que ir desarrollando los proyectos que habíamos propuesto en nuestros programas.
La aparición de un nuevo virus llamado Covid 19 y su propagación hasta convertirse en pandemia nos ha obligado a todos a aparcar los planes que teníamos previsto llevar a cabo para ocuparnos de lo urgente y verdaderamente importante: velar y proteger la salud de la ciudadanía. Aquellos presupuestos presentados y aprobados para un año como cualquier otro van a servir de poco en 2020, ya que ahora tenemos que hacer frente a los efectos de la crisis sanitaria que trae aparejada una situación social y económica sin precedentes a la que tendremos que destinar nuestros recursos municipales y los que aporten las demás administraciones públicas.
Todas las contribuciones van a ser necesarias y posiblemente se queden cortas para cubrir las innumerables necesidades que se nos presentarán. Es por eso más importante que nunca que ante la crisis provocada por el Covid 19 las entidades locales puedan hacer uso del superávit y de los saldos bancarios de que disponen, que en el conjunto de Aragón ascienden a 700 millones de euros. Para que ayuntamientos, comarcas y diputaciones provinciales puedan sumar sus remanentes a combatir los efectos sociales y económicos de la pandemia es necesario que se levanten las trabas impuestas por la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera.
Durante la anterior crisis económica, las entidades locales han sido capaces de hacer más con menos y han dado ejemplo de austeridad y eficacia. Ahora es el momento para que se permita destinar los ahorros municipales a impulsar el tejido económico de cada localidad y ayudar con nuestros propios medios a las personas y las empresas que más lo necesiten.
Eso, en coordinación con el Plan Aragonés de Recuperación Social y Económica impulsado por el Gobierno de Aragón, donde están todos los partidos políticos con presencia en las Cortes de Aragón, representantes empresariales, sindicales y la FAMCP. Porque sumando por Aragón saldremos antes y mejor de esta crisis.
Una vez superada la crisis sanitaria habrá que atender las demandas sociales que ya están apareciendo como secuela del impacto mundial del coronavirus.
En otro plano, como hicimos en la redacción del programa electoral con las propuestas secundarias, están quedando la celebración o no de las fiestas locales, la apertura de las piscinas municipales, la recuperación de las actividades deportivas y sociales programadas en casi todas las localidades, o si podremos ir pronto al huerto para plantar y cuidar las hortalizas que llenarán de alimentos saludables muchas mesas.
Todo llegará, el huerto, las actividades, los baños y los bailes, a su debido tiempo, que será cuando lo indiquen las autoridades sanitarias. Mientras tanto, debemos seguir sus indicaciones para no resultar contagiados y así no contagiar.
Quién nos iba a decir hace un año que una pandemia cambiaría los planes que teníamos para nuestros pueblos. Como responsables municipales estamos arrimando el hombro en esta situación sobrevenida y estoy seguro de que continuaremos haciéndolo por la voluntad de servicio que lleva implícito el cargo que ocupamos.
Deseo que mantengamos la serenidad y la responsabilidad en estos días difíciles.
Mucha suerte a todas y a todos en vuestra gestión diaria para hacer frente a esta crisis,
Luis Zubieta
Presidente de la FAMCP